¿Cómo debe el gobierno local organizar la función de contratación pública? ¿Qué nivel de responsabilidad debe recaer en una oficina central o en un departamento o agencia? ¿Debería delegarse siempre en los departamentos u organismos la autoridad para determinadas categorías de compras? Estas preguntas suelen ser prioritarias para cualquier gobierno que desee acelerar los procesos de compras públicas, mejorar la colaboración y hacer que las contrataciones públicas sean más estratégicas.
En la segunda parte de esta serie en dos partes (lea la primera parte aquí), ofreceremos ejemplos de ciudades que utilizan distintos enfoques y cómo aprovechan los puntos fuertes de su estructura.