Puede resultar muy difícil para los gobiernos avanzar en nuevas iniciativas o concentrarse en mejorar los resultados de los programas y servicios, sin un proceso de contratación ágil y transparente. Incluso puede ser que un proceso de contratación engorroso puede hacer que el personal gubernamental se centre más en su estrategia para navegar la burocracia, restando tiempo para el pensamiento más estratégico sobre qué objetivos y resultados debe lograr un nuevo servicio o programa contratado. Una serie de pasos confusos también puede significar que un menor número de proveedores -especialmente pequeñas empresas y empresas propiedad de grupos históricamente excluídos o mujeres- se presenten a las licitaciones. El mapeo de procesos es una herramienta diagnóstica excelente y sirve como primer paso para reducir la los tiempos de ciclo y fomentar la participación de las partes interesadas para mejorar las contrataciones públicas. En esta lectura rápida, compartimos consejos para empezar a elaborar mapas de procesos y cómo se las puede utilizar para conseguir la participación de las partes interesadas.